Los Verdes se oponen a la modificación de la Ordenanza de Antenas de Telefonía Móvil de Avilés

Ayuntamiento de Avilés -Foto Asturias Verde

Los Verdes de Asturias expresan su oposición a cualquier modificación de la Ordenanza de Antenas de Telefonía Móvil de Avilés que altere su contenido esencial. Los Verdes recuerdan que esta Ordenanza fue el fruto de un proceso ejemplar de elaboración de la normativa, en el que participaron todas las partes interesadas.

Nota de prensa de Los Verdes de Asturias

Los Verdes de Asturias quieren expresar su oposición a cualquier modificación de la Ordenanza de Antenas de Telefonía Móvil de Avilés que altere su contenido esencial. Esta Ordenanza fue el fruto de un proceso ejemplar de elaboración de la normativa, en el que participaron todas las partes interesadas: Ayuntamiento, empresas del sector, asociaciones de vecinos y ecologistas. Precisamente por ello es un referente de ámbito nacional en cuanto a calidad y consenso.

Parece que ahora el PSOE pretende modificar esa norma, resultado de la participación del público, plegándose a las presiones de sólo una de las partes interesadas, precisamente la que tiene intereses mercantiles, aduciendo una supuesta ilegalidad de parte de su contenido. Y quiere hacerlo de forma sigilosa, sin debate público, que pase desapercibido, para evitar que los vecinos que tendrían que sufrir las consecuencias sobre su salud de unos campos electromagnéticos más intensos así como una pérdida de calidad del paisaje urbano puedan manifestarse.

Se elude una vez más, como ocurrió con la privatización de la gestión del agua, la participación pública, incumpliendo de nuevo el Reglamento sobre esa materia al que la Corporación municipal debería sujetarse en todo caso. Esta maniobra, de confirmarse, supondría una nueva degradación de la vida democrática avilesina; demostraría que el PSOE es alérgico a la democracia participativa, a integrar a la ciudadanía en la vida política del municipio, y que sólo cuenta con la gente para depositar su voto en la urna cada cuatro años, olvidándose de ella durante todo su mandato y prefiriendo escuchar a las grandes multinacionales, sean de la gestión de servicios públicos esenciales, de las telecomunicaciones, de la construcción, etc.